¿Qué le pasa al aceite de oliva con el calor?
Seguro que, en invierno, te has preguntado por qué el aceite de oliva está más denso o se solidifica y si esto afecta a su calidad. Pero, ¿y en verano? Aunque los efectos de las altas temperaturas son menos evidentes, también afectan al llamado oro líquido, incluso más de lo que imaginas. Por eso es importante conocer qué le pasa al aceite de oliva con el calor y cómo evitar que la subida térmica disminuya las excelentes propiedades del oro líquido.
¿El calor afecta al aceite de oliva?
¡Sí! Y no hablamos solo de que pierda un poco de sabor… hablamos de un deterioro real. Ten en cuenta que el calor es un archienemigo silencioso del aceite de oliva. De ahí que, aunque muchos lo ignoren, qué le pasa al aceite de oliva con el calor sea una cuestión clave si quieres conservar intactas sus propiedades organolépticas.
En concreto, cuando las temperaturas se disparan por encima de los 25 °C, comienza un proceso de degradación. El AOVE pierde parte de sus antioxidantes naturales, como la vitamina E o los polifenoles, que son los responsables de su sabor, color y beneficios para la salud. A más calor, más oxidación.
Y eso, en términos culinarios, significa menos aroma, menos sabor y menos calidad. Es decir, lo que era un superalimento, puede convertirse en un aceite del montón si no se cuida. Así que sí, el calor importa.
¿Qué le pasa al aceite con el calor?
Si te estás preguntando exactamente qué le pasa al aceite de oliva con el calor, aquí va la respuesta clara: se oxida, se enrancia y pierde calidad. No es una exageración; es química pura. Y, con el mercurio disparado en los últimos años, es un factor a tener en cuenta.
¿Cómo puedes notar este impacto térmico en tu AOVE?
· El aceite cambia de color. Un verde brillante o un dorado pueden tornarse amarillento pardo, señal clara de que los pigmentos naturales se están descomponiendo
· El aroma presenta notas desagradables. Ese olor fresco y frutado que tanto te gusta empieza a desvanecerse, dando paso a matices rancios y planos.
· La textura también puede verse alterada. Un AOVE mal conservado en verano tiende a volverse más denso o más aguado, dependiendo de su acidez y del entorno.
¿Qué le pasa al aceite de oliva si le da el sol?
Aquí entramos en terreno peligroso. Si te preguntabas qué le pasa al aceite de oliva con el calor, pero además lo dejas expuesto al sol directo, el combo es devastador. El sol no solo calienta, también irradia luz ultravioleta, otra gran enemiga del AOVE.
Cuando los rayos solares inciden sobre el aceite, se acelera la fotoxidación. Este proceso destruye los compuestos fenólicos y acelera el enranciamiento. ¿El resultado? Un producto con mal sabor, con pérdida total de aroma y, en casos extremos, con un toque metálico o a cartón mojado. Sí, suena feo… porque lo es.
Esto explica por qué a veces, en pleno agosto, notas que el aceite de oliva ya no sabe igual, aunque lo compraste hace poco. ¿La causa? El calor. No basta con comprar un buen AOVE; hay que saber conservarlo.
¿Cómo proteger el aceite de las altas temperaturas?
Aquí van algunas pautas prácticas —y fáciles— para conservar el aceite de oliva como se merece, sobre todo cuando aprieta el calor. Seguir estas recomendaciones puede marcar la diferencia entre disfrutar de un buen aceite… o acabar tirándolo.
- Guárdalo en un lugar fresco y oscuro. Idealmente entre 18 °C y 22 °C. Ni en la encimera, ni al lado del horno o la hornilla: busca una despensa o armario cerrado y lejos de fuentes de calor.
- Utiliza envases opacos. El vidrio oscuro, el acero inoxidable o los envases bag-in-box son los mejores aliados contra la luz y el calor.
- Evita cambios bruscos de temperatura. No lo pongas en la nevera y luego lo saques al sol. El aceite de oliva sufre con los contrastes térmicos.
- Cierra bien la botella tras cada uso. El oxígeno también degrada el aceite de oliva, y si además hace calor, el proceso es más rápido, así que asegúrate de enroscar bien el tapón.
- No reutilices envases sin limpiarlos bien. Ten en cuenta que pueden quedar restos que fermentan, sobre todo con el calor, y contaminar el nuevo aceite.
- Consume el producto antes de los 12 meses. Aunque el AOVE no caduca como tal, sus propiedades sí disminuyen con el tiempo, especialmente si ha estado mal almacenado.
Ahora que ya sabes qué le pasa al aceite de oliva con el calor, lo importante es tomar medidas. Porque cuidar del aceite es cuidar de ti mismo, de tu cocina y de tu salud. En Hacienda Guzmán, cada botella de AOVE se elabora con mimo, con aceites de máxima calidad llenos de beneficios, pero también se envasa pensando en su conservación óptima. Si quieres probar aceites que mantienen todas sus propiedades incluso en los meses más calurosos, entra en nuestra tienda online y déjate sorprender.