Cómo eliminar los chupones del olivo que nacen en verano
La poda del olivar es uno de los puntos clave en la producción de un aceite de oliva virgen extra de alta calidad. Gracias a esta práctica, los olivareros podemos garantizar un crecimiento equilibrado del árbol, de modo que no sufra estrés por falta de nutrientes, de luz, de agua…, lo que repercute en la obtención de un fruto con propiedades organolépticas óptimas.
Si bien ya te hemos explicado en entradas anteriores cuál es el impacto de la poda en el olivar y el AOVE resultante, en Hacienda Guzmán te hablamos en este post de la poda en verde y por qué es importante eliminar los chupones de olivo que nacen en verano.
¿Qué son los chupones o varetas de olivo?
Los chupones de olivo, también conocidos como varetas, espigones o sierpes –según la zona-, son esas pequeñas ramas que nacen en la parte baja de los árboles. Su función es la de dar sombra al tronco y protegerlo del sol durante los meses de verano. Como consecuencia, percibirás su aparición a finales de primavera.
De hecho, cada ejemplar produce una media de 10 kilos al año de este follaje. No obstante, hay diversos factores que influyen en su mayor o menor crecimiento. Por ejemplo, si se ha efectuado previamente una poda intensa de la copa o si incluso se ha eliminado todo el follaje, surgen más chupones esa campaña. Igualmente, si ha sido un año pluvial bueno, con intensas precipitaciones en el olivar, o cuando la cosecha anterior ha sido pequeña también se intensificará la aparición de varetas. El terreno también es otro factor a tener cuenta: en tierras muy calizas, por ejemplo, estas pequeñas ramas son menos habituales, mientras que un campo en el Sur, donde el sol es más intenso, hará frente a mayor número de sierpes que otro situado en puntos menos calurosos o soleados.
¿Por qué hay que eliminar los chupones del olivo?
Te preguntarás que, si su función es proteger al árbol, ¿por qué es conveniente eliminar los chupones del olivo? Ten en cuenta que estas ramas no producen aceitunas. Sin embargo, sí que requieren nutrientes para mantener su desarrollo, por lo que las varetas restan parte de esa energía a las ramas fértiles.
Además, al estar en la parte baja del tronco, tienen “prioridad” sobre el resto a la hora de alimentarse. Es decir, al brotar en la peana, más cerca de las raíces, absorben la savia primero, lo que puede causar que las ramas principales se deterioren, reduzcan su capacidad de producir frutos o, incluso, se sequen. De ahí el nombre de “chupón”.
¿Cuándo se deben cortar las varetas?
Por tanto, una vez cumplido su objetivo, lo recomendable es eliminar los chupones del olivo para mantener un cultivo sano. Aunque va a depender de la zona y la climatología del año, lo más habitual es cortar estos espigones tras los meses más calurosos del verano.
Así se asegura que ya han nacido todos los brotes, sin tener que acometer el proceso por duplicado, y se garantiza que el tronco no va a quedar desprotegido en la época de más calor. En concreto, el desvaretado o desvareto del olivar tiene lugar a finales de agosto y a lo largo de septiembre, cuando los termómetros empiezan a bajar.
¿Cómo se realiza el proceso de desvaretado?
En las fincas que apuestan por un cultivo tradicional, se emplean métodos manuales para eliminar los chupones de olivo. Esto supone cortar estas ramas infértiles a mano y una a una con una pequeña hacha o picacha, llamada “choleja”. Este sistema es el más natural y respetuoso con el desarrollo del árbol, por lo que es propio de explotaciones ecológicas. Eso sí, requiere de un gran esfuerzo físico, especialmente en fincas de grandes dimensiones.
Otra opción es utilizar una desbrozadora mecánica con un cabezal adaptado. Aunque este proceso es más rápido, no siempre es igual de eficiente. Es posible que, tras usar la máquina, no se consiga eliminar los chupones del olivo íntegramente y se tenga que pulir el trabajo de forma manual. Junto a esto, al cortar las varetas por el impacto de los discos, cadenas o sierras, existe más riesgo de causar daños innecesarios al árbol, aumentando el riesgo de plagas e infecciones.
En la actualidad, también hay disponibles métodos químicos que permiten deshacerse de las varetas aplicando un producto directamente sobre las ramas en cuestión. Este mecanismo, más habitual en cultivos superintensivos, tiene también sus pros y contras. Entre las ventajas, es mucho más rápido y económico, al no necesitar tanta mano de obra, y evita las heridas en el tronco. Respecto a los inconvenientes, si no se extiende correctamente, es probable que los chupones vuelvan a rebrotar, a lo que se suma la toxicidad a la que se somete al olivo y el impacto agroambiental de todo el cultivo. Asimismo, hay que añadir los obstáculos normativos: este tratamiento químico está estrictamente regulado, lo que supone que el producto debe ser uno de los permitidos legamente, requiere de prescripción técnica y debe ser aplicado por personal cualificado autorizado.
En Hacienda Guzmán, nuestra filosofía es la realizar una actividad responsable y sostenible con el medio ambiente, para mantener los más altos estándares de calidad en nuestra producción ecológica. Recuerda que todos nuestros AOVEe proceden de las 340 hectáreas de olivar ecológico reconocidas por el Comité Andaluz de Agricultura Ecológica (CAAE). Por eso, mimamos el proceso de poda del olivar con el mismo detalle que abordamos la recogida manual de las aceitunas y la elaboración de nuestros aceites Premium.
Si quieres conocer cómo eliminamos los chupones en nuestra finca, te invitamos a que nos visites en la época de poda en verde. Selecciona la experiencia de oleoturismo que más se ajuste a tus deseos y descubre de cerca el trabajo que desarrollamos en una almazara con más de cinco siglos de historia.