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¿Cómo se reproduce el olivo? Un 'amor' sin límites

¿Cómo se reproduce el olivo? Un ‘amor’ sin límites

¿Alguna vez te has preguntado cómo se reproduce el olivo?

Conocido científicamente como Olea europaea, este árbol es una especie milenaria que ha cautivado a generaciones con su belleza y, especialmente, con el elixir mundialmente reconocido que emana de su fruto: el aceite de oliva. Pero para llegar a saborearlo, hay detrás todo un proceso reproductivo que permite perpetuar esta maravilla natural. ¡Descúbrelo!

¿Cómo se reproduce el olivo?

Lo primero que debes saber al hablar sobre cómo se reproduce el olivo es que existen dos tipos de propagación:

  • La sexual, donde intervienen dos progenitores y existe variación genética.
  • La asexual, en la que solo participa un progenitor, por lo que el resultado es más bien un clon con la misma carga genética.

Pero veámoslas con detenimiento.

La reproducción sexual

El olivo es una especie de reproducción sexual y monoclino-monoica, lo que significa que tiene flores masculinas, femeninas y hermafroditas en la misma planta. Esto supone que las anteras (masculinas) liberan polen para fecundar a los estigmas (femeninas). Qué fácil, ¿verdad? Sin embargo, lo que podría parecerte un proceso sencillo, no lo es tanto.

¿Por qué? Una misma variedad de olivo no suele fecundarse a sí misma. Es lo que se conoce como sistema reproductivo alógamo, a diferencia de las especies autógamas, como los cítricos o la tomatera. Por ello, en las explotaciones olivareras se recomienda cultivar diferentes variedades, de modo que se facilite la polinización entre ellas.

Por tanto, para que las flores se transformen en frutos y se produzca lo que se denomina cuajado es necesaria la actividad del viento o las abejas. De hecho, el polen del olivo puede viajar cientos de kilómetros para hacer el esperado ‘match’. Eso sí, el olivo, como el aceite de oliva, es muy exquisito, por así decirlo: solo entre el 1 y el 2% de las flores son fecundadas. Incluso hay frutos, llamados zofairones o gracejos, que se forman sin semilla (partenocárpicos) por un fallida fertilización.

Una vez fecundadas, las semillas pueden desarrollarse hasta convertirse en una aceituna para la cosecha o también caer al suelo y, bajo las condiciones adecuadas, dar lugar a un nuevo árbol. Sin embargo, quizá no lo sepas, pero las características de este nuevo ejemplar serán completamente diferentes a las de los progenitores y, en gran medida, de calidad inferior. Ten en cuenta que esta reproducción por semilla, sin los cuidados apropiados, origina lo que se conoce como acebuche u olivo borde. De ahí que esta opción de cómo se reproduce el olivo se utilice exclusivamente para la obtención de nuevas variedades y siempre con una férrea supervisión humana.

La propagación asexual

Cuando veas un olivo en época de germinación, fíjate cómo en sus ramas hay unos brotes. De ellos surgirán las flores del olivo implicadas en la reproducción sexual antes mencionada. Pero no todas estas yemas tendrán el mismo fin: otra parte se transformará en brotes vegetativos, es decir, darán lugar a nuevos tallos, raíces u hojas que refuerzan el ejemplar en cuestión.

Es a través de este tipo de propagación cuando los agricultores asumen el papel de ‘Celestina’, utilizando la reproducción asexual para crear nuevas plantas a través de estos fragmentos del árbol original. Recuerda que, en este caso, el nuevo ejemplar tendrá la misma carga genética que el originario, por lo que es muy útil para preservar las cualidades de cultivos consolidados.

Para lograr el crecimiento del nuevo olivo, existen diferentes técnicas. Se pueden emplear esquejes, lo que supone cortar ramas jóvenes del árbol y plantarlas en sustrato para que crezcan las raíces. Otra vía sobre cómo se reproduce el olivo de forma vegetativa son los injertos, donde se planta una rama en la raíz de otra planta para que se fusionen. También es posible propagar el olivar a partir de acodos aéreos, al cubrir una rama con suelo húmedo, propiciando que eche raíces y dé lugar a un nuevo ejemplar.

¿Qué impacto tiene la propagación del olivo en el aceite?

Como habrás observado al analizar cómo se reproduce el olivo, la propagación de esta especie requiere de un duro trabajo de cuidado y algo de suerte. Pero además, hay que guardar un delicado equilibrio entre cantidad y calidad. De este modo, es necesario controlar la reproducción, especialmente la vegetativa, para evitar que el follaje absorba parte de la energía que deberían acumular los frutos si queremos un aceite de oliva superior.

Por ejemplo, es recomendable eliminar los chupones que germinan en las raíces o aplicar una correcta poda y aporte de nutrientes para reducir el impacto de la vecería, es fenómeno por el cual, tras un buen año, sucede otra cosecha más pobre. Eso por no hablar de las condiciones meteorológicas, tan cruciales en los resultados de la temporada.

En Hacienda Guzmán somos conscientes de todos los factores implicados en cómo se reproduce el olivo y, por ello, mantenemos los más altos estándares en el cultivo y elaboración de nuestros AOVEs, primando la calidad sobre la cantidad. Así, en las 340 hectáreas de agricultura ecológica de nuestra finca de La Rinconada, controlamos el riego, la nutrición y las plagas de todos los ejemplares y seleccionamos solo los olivos que presentan una mejor productividad y calidad del fruto como materia prima para las cinco variedades de aceite de oliva virgen extra. ¡Pruébalas!