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SIBO y aceite de oliva: alianza positiva

SIBO y aceite de oliva: alianza positiva

¿Sientes hinchazón cada vez que comes sin una razón evidente? ¿Se te pone la tripa dura independientemente del menú que elijas? ¿Sufres muchas flatulencias incluso con una dieta ligera? Puede que la causa de estas molestias sea el SIBO, una patología que afecta en torno al 15% de los españoles, según la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria. ¿Qué puedes hacer al respecto? Descubre los alimentos permitidos y prohibidos y cómo incluir en la dieta SIBO el aceite de oliva ayudará a mejorar tu salud gastrointestinal.

¿Qué es el SIBO?

El SIBO significa Sobrecrecimiento Bacteriano en el Intestino Delgado. Se trata de una afección caracterizada por un crecimiento anormal de bacterias en el intestino delgado que produce un desequilibrio en la microbiota. Es decir, en los casos de SIBO, estas bacterias proliferan en exceso, generando fermentación de los alimentos y produciendo gases e inflamación.

Las causas pueden ser diversas, desde alteraciones en la motilidad intestinal, el uso prolongado de antibióticos o enfermedades como la diabetes o el hipotiroidismo, hasta el estrés crónico e incluso ciertos hábitos alimenticios en los que predominan el consumo de carbohidratos y ultraprocesados. Sea cual sea el origen, y aunque no es una enfermedad mortal, el SIBO puede afectar significativamente la calidad de vida de quienes lo padecen y convertir cada comida en una auténtica pesadilla.

¿Cómo saber si tengo SIBO?

Ten en cuenta que el SIBO se manifiesta con síntomas diversos y molestos. En este sentido, algunos de los más frecuentes son:

  • Hinchazón abdominal tras las comidas.
  • Exceso de gases y eructos.
  • Diarrea o estreñimiento persistentes.
  • Dolor abdominal o sensación de pesadez.
  • Mala absorción de nutrientes, especialmente vitaminas y hierro.
  • Fatiga inexplicable y niebla mental.
  • Anemia.

Ahora bien, los efectos del SIBO que pueden confundirse con otras afecciones digestivas. Por eso, es crucial consultar a un profesional de la salud para confirmar que padeces esta patología. Por si eres algo aprensivo, el diagnóstico suele realizarse mediante una sencilla prueba de aliento que mide los gases producidos por las bacterias en el intestino delgado.

¿Qué alimentos empeoran el SIBO? Alimentos prohibidos

Aparte del tratamiento que te indique el médico, es fundamental también que adaptes tu dieta para reducir los síntomas de este trastorno digestivo. Y es que, según los estudios, un 45% de los pacientes sufren SIBO recurrente incluso tras la medicación. De ahí que encontrar soluciones naturales y efectivas al SIBO, como el aceite de oliva, sea una prioridad.

Pero empecemos con los alimentos prohibidos. ¿Qué no debes comer si padeces SIBO? La clave está en evitar los llamados FODMAPs (Fermentable Oligo-Di-Monosaccharides and Polyols). Se trata de un grupo de carbohidratos fermentables de cadena corta que se encuentran en ciertos alimentos. Y aunque carbohidratos te suene a pizza o pan, el rango de productos es mucho más amplio. Así, los fructanos (presentes en el ajo, cebolla o trigo), la fructosa (en frutas), los galactanos (en legumbres), la lactosa (en productos lácteos) y los polioles (en frutas con semillas) son FODMAPs. También es conveniente reducir al máximo el consumo de azúcares y edulcorantes, productos con gluten, bebidas carbonatadas y alcohólicas y alimentos ultraprocesados con conservantes y aditivos.

Dieta SIBO: Alimentos permitidos

Ni frutas, ni verduras, ni lácteos… “¿Y qué puedo comer entonces?”, estarás pensando alarmado. No te preocupes, porque dentro de estos tipos de alimentos hay también opciones bajas en FODMAPs. Algunos de los más recomendados son:

  • Carnes magras y pescados, sin marinajes ni aditivos.
  • Huevos.
  • Alternativas lácteas, como productos sin lactosa o leches vegetales.
  • Verduras como calabacín, berenjena, zanahoria, patatas o espinacas.

  • Frutas como frutas rojas, kiwi o plátano maduro.
  • Alimentos probióticos como el kéfir, el chucrut o la kombucha.
  • Grasas saludables como las del aguacate, los frutos secos, el pescado azul y el aceite de oliva virgen extra.

SIBO y aceite de oliva

Efectivamente, el aceite de oliva virgen extra se presenta como un gran aliado en la reducción de los síntomas de esta afección. Pero, ¿cuál es la relación entre el SIBO y aceite de oliva? Diversos estudios han demostrado que el AOVE no solo es una grasa saludable, sino que también tiene propiedades beneficiosas para el equilibrio intestinal:

  • Acción antimicrobiana natural: Contiene polifenoles, como el oleocanthal y el hidroxitirosol, que poseen propiedades antimicrobianas capaces de combatir el crecimiento excesivo de bacterias en el intestino delgado.
  • Mejora la motilidad intestinal: Otro punto relevante sobre el SIBO y el aceite de oliva es que éste favorece el tránsito intestinal, reduciendo el riesgo de estancamiento de bacterias y evitando el sobrecrecimiento bacteriano.
  • Reducción de la inflamación: Gracias a su alto contenido en ácidos grasos monoinsaturados y antioxidantes, ayuda a disminuir la inflamación intestinal y el daño oxidativo.
  • Protege la mucosa intestinal: Los estudios también sugieren que el AOVE refuerza la barrera intestinal, previniendo la permeabilidad intestinal y evitando que toxinas y bacterias pasen al torrente sanguíneo.

Como consecuencia, la dieta SIBO y el aceite de oliva son una alianza positiva. Inclúyelo en todas tus elaboraciones, tanto en crudo como cocinado. Incluso te resultará muy beneficioso tomar una cucharada en ayunas. Eso sí, para que la combinación SIBO y aceite de oliva sea más poderosa, apuesta por AOVEs de máxima calidad, ya que sus propiedades saludables con mayores. ¿Conoces los de Hacienda Guzmán? Descubre nuestra gama de aceites de oliva vírgenes extra ecológicos diseñados para satisfacer las exigencias de los paladares más selectos… y de los intestinos más delicados.