Los altramuces y sus propiedades

Los altramuces: de tapa ‘castiza’ a superalimento

Sí, nos referimos a ese snack de color amarillo, parecido a un maíz de grandes proporciones, que se come como las pipas. Quizá lo conozcas como chocho, lupín, entremozo o almorta, dependiendo de la zona en la que te encuentres.

El altramuz (Lupinus Luteus) no es más que una semilla oleaginosa, es decir, una legumbre, cuyo origen se encuentra en el Oeste de la península Ibérica, aunque su cultivo está extendido por toda la cuenca mediterránea.

Sin embargo, a pesar de ser un primo hermano de las lentejas, las habas o los garbanzos, este alimento apenas era conocido por los consumidores. De hecho, su cultivo ha tenido principalmente como fin la elaboración de pienso para ganado y siempre ha estado asociado a la pobreza. Muestra de ello es uno de los cuentos de El Conde Lucanor en el que un hombre poderoso caído en desgracia solo podía comer altramuces, aunque otro, más pobre aún, se alimentaba de sus cáscaras.

Pero las tornas han cambiado. Las extraordinarias propiedades de los altramuces han popularizado a este producto, lo cual es una buena noticia, pues se trata de producto de origen local, barato y, sobre todo, muy sano. Si has sucumbido a otras modas gastronómicas, como el edamame, la kombucha o la espirulina, ¡prepárate para a caer en una nueva adicción con sello español!

propiedades DE LOS ALTRAMUCES para el organismo

Razones no le faltan a esta semilla para entrar en el olimpo de los superalimentos. ¿Cuáles son las propiedades de los altramuces?

• Alto valor proteico. Los altramuces son una importante fuente de proteínas (contienen un 40%), hasta el punto de que duplican el contenido proteico de los garbanzos y cuadruplican el del trigo.
• Ideal para dietas. Su gran contenido en fibra (34%), bajos niveles de grasa (menos del 6%) y numerosos ácidos grados insaturados convierten al altramuz en el aliado perfecto para las dietas anti-colesterol o de adelgazamiento o, ya que, igual que otros productos como el aceite de oliva, facilitan la saciedad sin un exceso de aporte calórico.
• Lucha contra la diabetes. Junto a esto, el bajo índice glucémico del altramuz, frente a otras legumbres, y la presencia de lupanina permite ralentizar la absorción de azúcares en sangre, beneficiando a las personas con diabetes.
• Aliado del corazón. Esta legumbre posee arginina, un aminoácido esencial para el metabolismo con un efecto vasodilatador, por lo que es beneficioso para personas con hipertensión.
• Ayuda a la flora intestinal. Entre los nutrientes de los altramuces no hay que olvidar los compuestos prebióticos que contienen y que contribuyen a estimular la microflora bacteriana y mantener una adecuada salud intestinal.
• Antioxidante natural. Los ácidos fenólicos, isoflavonoides y flavonoides que los integran presentan también propiedades antioxidantes que mejoran el estado de la piel.
• Fuente de hierro. Asimismo, los altramuces aportan mucho hierro al organismo, tres veces más que el aclamado kale, por ejemplo.
• Bueno para los huesos. También contienen un considerable aporte en calcio y fósforo, imprescindible para el mantenimiento de unos huesos y dientes sanos.
• Apto para celíacos. Por último, otra de las propiedades de los altramuces es que esta legumbre no contiene gluten, por lo que puede ser consumida por los celíacos.

Como puedes ver, las propiedades de los altramuces son muchas, a lo que hay que sumar la gran versatilidad de este ingrediente, que se puede emplear molido para la elaboración de masas para pizzas, pan o repostería, como elemento principal de humus, paté o queso vegetal o para su tradicional consumo en salmuera.

Comer altramuces en Andalucía

Si te apetece esta última opción, Sevilla es el destino ideal, pues es uno de los lugares donde es más habitual disfrutar de este snack en los establecimientos hosteleros. Y ya que estás por la provincia, ¿qué tal si conoces a fondo otro superalimento como el aceite de oliva?

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