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Viajes de autor por España para recorrer el país

Viajes de autor por España para recorrer el país

La Guía Azul, Trotamundos o la archiconocida Lonely Planet son hoy día fieles acompañantes de todo viajero, esas asesoras que nos abren las puertas de los tesoros que esconde cada destino. Sin embargo, esta pasión por detallar las experiencias turísticas no es algo nuevo, sino que ya en el siglo XIX podemos encontrar los primeros títulos de viajes de autor, donde figuras a caballo entre el escritor y el aventurero compartían información exhaustiva sobre sus itinerarios.

El estallido de los viajes de autor

El preludio de las guías turísticas se remonta al siglo XVIII, cuando las familias de la alta sociedad europea adoptaron la moda de enviar a sus hijos a recorrer el mundo cuando terminaban sus estudios como parte de su experiencia de aprendizaje.

Lo que hoy conocemos como un año sabático, fue denominado entonces el Grand Tour, creando la oportunidad de que esta juventud aristocrática llenara sus bolsillos de lugares, anécdotas y costumbres locales que, en algunos casos, acabaron siendo plasmados en la antesala de las guías de viaje.

Sin embargo, estos primeros libros de viajes de autor no eran más que crónicas con vivencias e impresiones personales hasta que, en el siglo XIX, el británico John Murray y el alemán Karl Baedeker elaboraron, casi de forma simultánea, lo que ya sí se consideró una guía turística como tal.

Las primeras guías turísticas

De este modo, en A Handbook for Travelers on the Continent, publicada por el primero en 1936, y Guía de España y Portugal, editada por el segundo en 1913, ya podemos encontrar datos objetivos de los destinos. Los autores, con un estilo muy similar, recogían información sobre historia, el paisaje, el clima, la moneda o lugares de interés de cada localización, indicando los hoteles o restaurantes y cafeterías recomendados y acompañando la obra con mapas y planos desplegables. Incluso en las guías de Baedeker se introdujo por primera vez el sistema de puntuación con estrellas que todavía hoy persiste.

Su uso se popularizó en la época, por la gran información práctica que estas primeras guías ofrecían a los viajeros, llegando a publicarse decenas de títulos con países como Holanda, Bélgica, Francia y Prusia, e incluso otros tan lejanos como Japón o Nueva Zelanda. De hecho, tras las primeras ediciones, Baedeker y Murray dejaron de plasmar sus viajes de autor para limitarse a ejercer de editores, contratando a otros autores para que cubrieran nuevas expediciones.

Richard Ford, pionero de las rutas por España

Es aquí donde entra en juego el periodista Richard Ford, otro de los componentes de este grupo de viajeros conocidos como “los curiosos impertinentes”. Enamorado de España, tras pasar desde 1830 a 1833 en el país, a su vuelta a Reino Unido es contactado por Murray, que le propone elaborar una guía turística de la península ibérica.

Nace así A Handbook for Travellers in Spain, que apareció por primera vez en 1845. En ella, Ford realiza un pintoresco y detallado retrato de España como destino turístico que solía completar con bellos dibujos y acuarelas del entorno. Así lo describía en el prólogo de la obra:

“Los (viajeros) que aspiran a lo romántico, lo poético, lo sentimental, lo artístico, lo antiguo, lo clásico, en una palabra, a cualquier tema sublime y bello, encontrarán en el actual y el antiguo Estado de España material suficiente si vagan con lápiz y cuaderno en ristre por este curioso país, que oscila entre Europa y África, entre la civilización y la barbarie”.

Durante su estancia en España, el hispanista recorrió prácticamente todo el territorio nacional, desde Cataluña, hasta Santiago de Compostela, pasando por Almería, estableciendo su campamento base en Sevilla y Granada, tierra de la que quedó profundamente enamorado.

Fue en una de sus muchas rutas cuando Ford llevó a cabo lo que tituló como “Excursión a una finca olivarera”, que no era otra que Hacienda Guzmán –o San Bartolomé, como era conocida en esa época-, exponiendo al lector, a modo de una visionaria propuesta oleoturística, el funcionamiento de la producción de aceite de oliva en el siglo XIX:

“San Bartolomé, una finca que pertenece a la familia Paterna, es buen ejemplo de una hacienda de primera categoría; contiene alrededor de veinte mil árboles, cada uno de los cuales produce de dos a tres fanegas de aceitunas; la producción total es de alrededor de las cinco mil arrobas, a veinticinco libras la arroba, que varían en precio de dos a cinco dólares”.

Vestigio de aquella visita es el dibujo que el inglés realizó de nuestra finca de La Rinconada y que hoy decora los envases del aceite de oliva virgen extra que se producen en la moderna almazara.

Otros iconos de los viajes de autor

Pero los casos de Baedeker, Murray y Ford no son únicos.  A estas obras maestras de los viajes de autor hay que añadir otras guías históricas que merece la pena conocer para poder zambullirnos en el pasado de los distintos rincones de España:

  1. Viaje por España, de Theophile Gautier. Este famoso escritor también fue un empedernido viajero, visitando España en torno a 1840. Durante su estancia, Gautier elaboró artículos semanales para el periódico La Presse, de París, en los que desmenuzaba los aspectos más destacados de su itinerario. Estos textos fueron finalmente recopilados en una obra completa con capítulos tan llamativos como ‘Los niños mendigos’, ‘Corrida de toros’, ‘Ascensión al Mulhacén’ o ‘Una noche en Manzanares’.
  2. In Spanien, de Hans Christian Andersen. Recorrer España bajo el prisma del autor de cuentos tan conocidos como La Sirenita, El soldadito de plomo o El patito feo tiene que ser una experiencia cuanto menos de ensueño. Esta posibilidad está al alcance de tu mano, con el libro In Spanien, donde el danés recoge sus impresiones de varias regiones del país tras su visita en 1862.
  3. Guía Michelin, de André y Edouard Michelin. Aunque es uno de los títulos que ha sabido perdurar a lo largo del tiempo, resulta muy curioso recorrer el país siguiendo las primeras ediciones de este clásico de los viajes, que se remonta a principios del siglo XX, cuando era regalada a los clientes de la compañía de neumáticos como un fascículo con información sobre mapas de carreteras y localización de talleres, gasolineras y sitios donde parar a comer.

¿Te gustaría realizar una inmersión por España, no solo a lo largo de su geografía, sino también a través el tiempo? Estos libros de viajes de autor son una buena forma de conocer el país desde un prisma histórico.